viernes, 15 de julio de 2011

Instantánea 2 - "Limbo"

Como no logro recordar bien, voy a contar una anécdota inventada. O al menos como me hubiera gustado que sea, o la sensación que tengo de ella.
Era uno de esos veranos interminables en la ciudad, donde el tiempo se dilata llevando al extremo aburrimiento. Los viejos de Ezequiel se habían ido de vacaciones y aproveché para instalarme en su casa con aire acondicionado y alacenas llenas de comida. Un día, tirados en su cama, hablando de las mismas cosas que hablábamos hace días y ya casi sin energías para volver a repetirlas, vi que tenía un rompecabezas. Un poco en broma y un poco en serio le dije de armarlo... me miró riendo y me dijo que era muy grande, que tenía 8.000 piezas y no entraba en la mesa.... 

Esa tarde empezamos el largo proceso de selección de bordes y así comenzar el armado del marco. Tuvimos que hacerlo en el piso porque realmente era enorme. A media noche llegó Milton, no podía creer que estemos armando un rompecabezas tirados en el piso en medio del living. Por suerte había wishky y no tardó en sentarse a encastrar piezas con nosotros. 

De pronto todo empezó a girar en torno al rompecabezas, cada uno tenia asignados sectores de colores, elegidos caprichosamente en base a los gustos subjetivos de cada uno. Cada tanto nos cansabamos de nuestra parte y empezabamos a rellenar la del otro. A Eze le gustaba encontrar las piezas que le faltaban a cada uno, si era gris para mi sector, celeste a Milton, Mario estaba encaprichado con un sector de piedras. Esto duró dos días y dos noches . Comíamos, tomábamos y fumábamos sobre las piezas, eran una extensión de nosotros, no podíamos cortar con la tarea de unir una por una.  Fue de esos momentos en la vida, que pocas veces se dan, en donde tenes paz y sos feliz y no querés irte y no queres parar y estas adomrmecido, rodeado de las personas que más queres en el mundo. 

Cuando empezó la semana tuve que volver a casa a laburar y dejé a Milt, Eze y los que iban cayendo en busca de aire acondicionado y terminaban adueñándose de una parte del rompecabezas. Recuerdo estar en casa y tener ansiedad de ir a lo de Eze, a terminar la gran proeza... no se por qué, pero no pude volver, tal vez ya tenía otros planes, o habían llegado los papas de Eze o no se....

Cuando lo llamo, me dice que no lo habían podido terminar, que lo habían desarmado y me puse triste. Y me dijo, y esto si lo recuerdo como si hubiera sido ayer: "gracias Palito, fue un lindo fin de semana"


y no solo fue un lindo fin de semana, fue ese instante en donde te sentís tan cómodo que podrías haberte quedado flotando en él , el resto de tu vida.

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